Vida Celular

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Al fin y al cabo, ¿los fabricantes preparan sus dispositivos para que duren menos de lo que deberían y te obligan a comprar otro? Esta fue la conclusión de un proyecto que terminó con bien a Apple en chile. En este caso, la idea no era que el Apple había preparado sus dispositivos para que se estropearan, pero se “rompieron” con una actualización del sistema operativo que hizo que sus dispositivos antiguos fueran más lentos. Después de todo, ¿existió realmente esa intención? ¿Existe obsolescencia programada en los móviles?

Fernando Moulin, socio comercial de Sponsorb, consultora de desempeño empresarial, profesor y especialista en transformación digital y experiencia del cliente, recuerda que es un hecho que todos y cada uno de los dispositivos electrónicos tienen una vida útil estimada, cuyos parámetros dependen de varios factores: calidad de componentes, hábitos de uso del consumidor, exposición a factores de deterioro, entre otros.

“El propio proceso de garantía y la cadena de valor asociada a las reparaciones (asistencia técnica y similares) dependen en parte de estos parámetros para su planificación y oferta de productos y servicios”, afirma Moulin, que considera que la obsolescencia programada es sólo una especulación. “Los fabricantes de calidad están más preocupados por brindar una excelente experiencia a sus clientes, lo que incentiva la recompra de un dispositivo de la misma marca cuando se lanza un nuevo modelo tecnológicamente más avanzado”.

El viaje del consumidor

Al planificar la compra de un teléfono celular, no todos los consumidores consideran la posibilidad de obsolescencia (planificada o no). Sin embargo, Moulin recuerda que hay personas, llamadas early adopters, que están preocupadas por este factor. “Conozco gente que cambia de smartphone inmediatamente cuando llega una nueva versión para tener siempre la versión más actualizada. Igualmente hay gente que hace esto con los coches”, afirma el experto.

Precio, características (cámara y memoria), duración promedio de la batería, tamaño y peso del dispositivo están entre los temas que más tienen en cuenta los consumidores a la hora de cambiar de celular, según la experiencia de Moulin.

La llegada de la red 5G debería impactar en la elección de dispositivos y en la cuestión de la obsolescencia, ya que el smartphone es cada vez más fundamental para la programación de las personas y, según Fernando Moulin, en tiempos de digitalización acelerada, tener un dispositivo mejor o peor supondrá una diferencia.

¿Cómo garantizarte?

Las instituciones de protección al consumidor, como Procon, siempre están atentos a lo que hacen los fabricantes para evitar abusos que puedan perjudicar a los consumidores. Por eso hasta el LG ha sido notificado respecto al tema de actualizaciones destinado a consumidores que, sin saber que la fábrica dejaría de producir, compraron un dispositivo de la marca.

Otra opción que tiene el consumidor es contratar un seguro y, según Daniel Hatkoff, director general de Pitzi y especialista en seguros de telefonía celular, no existe una antigüedad del dispositivo que limite la adquisición del servicio, siempre y cuando el dispositivo se encuentre en perfecto estado de funcionamiento.

El seguro ayudaría incluso en caso de obsolescencia programada y discontinuidad. “Quizás este sea uno de los puntos más importantes porque un dispositivo que va a dejar de existir suele empezar a tener dificultades para encontrar repuestos y asistencia en caso de imprevistos. Extender la vida útil del dispositivo mediante un plan de protección es muy valioso”, afirma Hatkoff.

El fabricante está obligado a ofrecer al consumidor una garantía de fabricación de un año, incluso en el caso de dispositivos que dejarán de fabricarse. A medida que pasa el tiempo, la red de asistencia comienza a ser cada vez más pequeña, los repuestos escasean y los tiempos de reparación se alargan.

También vale recordar que las actualizaciones de sistemas operativos, aplicaciones y software terminan resultando engorrosas para ciertos celulares y el volumen de datos termina afectando el uso del dispositivo, “obligando” a comprar un modelo más nuevo. Esto, según Hatkoff, no puede catalogarse como obsolescencia programada, ya que forma parte de avances tecnológicos que escapan al control del fabricante y a su intención de vender más.

Imagen: Pixabay/Pexels/CC

 

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